REVISTA N° 20

RESUMEN DE ESTE NÚMERO:

* VARIETÉ / Incluye Memocracia y otras perlas.
* por Claudia Baier / ESTA RARO EL BARRIO, Maltrato vegetal.
*  por Viviana Sgavetti / DEPURACIÓN DEL SEPARADO, Nacimiento, evolución y maduración del espécimen.
* por Pablo Colombo / THE DAILY MIRROR, Comprobando de primera mano que no nos conoce ni Dios.  
* por Gabriel Steinberg / CUERPO A TIERRA, Colimba NUNCA MAS. 
* por Mónica Gervasoni / GYM URBANO+50, Piernas y glúteos de piedra a bajo costo.
* por Lidia Poggio / LA VIEJA VA A VOTAR, Collage electoral.
* por Gabriela Martinez / EL CASAMIENTO DE CHICHITA, Cuando nada sale de acuerdo al plan.
* por Alejandro «El mínimo» / LA GUERRA DE LOS SEXOS, Estanislao candidato.
* por Liz Marino / ¿POR QUÉ NO ME LOS COMÍ?, Ella sólo quería un masaje.


EDITORIAL

Y esta vez nos atrasamos en serio. ¡No sé cómo hicieron para sobrevivir sin nuestra presencia, ni con quién festejaron la derrota, pero está visto que nuestra ausencia no conmovió vuestro bolsillo! ¡Ni cinco centavos han puesto en nuestra gorra! Pero acá estamos dispuestos a seguir con este apostolado y dejando de lado nuestros rencores paso a contarles qué nos ocurrió.

Primero como motor de nuestros descalabros tenemos a Claudia Baier, una de las nuestras, brillante escritora que debutó en Buenos Aires como estandapera. El evento fue lo suficientemente importante  como para que nos trasladáramos todos para allá y quizás ese fue el comienzo de nuestro desequilibrio.

El contingente de Córdoba, formado por nuestra comechingona Gabriela Martínez y la abajo firmante, de oficio directora pero cuyo último trabajo conocido fue el de agonizante, partimos en un penoso montón de la Terminal de Córdoba. La expresa misión de Gaby era intentar que yo llegara viva. Yo sólo esperaba llegar. Ida y vuelta son dos episodios que me gustaría eliminar de mi biografía.  La empresa de transporte ya nos prohibió el acceso y lanzó nuestra orden de captura.

Por Buenos Aires no estábamos mejor. Nuestro bien amado Gaby Steinberg se nos cortó en dos, no pedí detalles porque me enoja esa cosa masculina que suelen hacer los varones y que terminan mal. Me refiero a picaditos de futbol por ejemplo que, pasados los diez años, son una boludez suicida. Lo cierto es que envueltos en la consigna “todos para uno”, nos lanzamos a visitarlo. Los más sensibles iban por la mañana y los más guapos a la tarde saludar a los miembros inferiores. Ya está mejorando.

Liz, como su naturaleza manda, organizó todo: horarios, mesas, transportes, horóscopos y destinos. Pero lo más importante que hace con nosotros es corregir la revista con mirada de halcón y sonrisa de seda. Hasta, de vez en cuando, se inspira y escribe.  Me gustaría recalcar lo de “de vez en cuando” porque no hay nada que le salga mejor a una rubia que esa displicencia creativa. De cualquier forma, frente al destino no hay impunidades y tuvo la desgracia de albergarme a mí, que en el revoleo de gente terminé durmiendo en su departamento. ¡Y andá a organizarme a mí!

Para ahondar su desgracia y la mía, en estos últimos años, ya lo dije, he ido perfeccionándome en el oficio de la agonía. Sin afán de apuntarme a algún premio, soy una persona creativa pero de bajo perfil e hice una demostración en la casa de Liz.

Ella había preparado amorosamente un cuarto con cama y sábanas a estrenar y todos los chiches para mí. Queda claro que no soy digna de tanto mimo. Siendo las tres de la mañana sin saber cómo me deslicé de la cama al piso. No hubo golpe ni tragedia. Sólo que nunca más me puede volver a subir. Quedé tirada panza abajo sobre el parquet reluciente. Ante la imposibilidad de volver a subir a la cama, comencé a recorrer el departamento haciendo pruebas inútiles de treparme. No estaba inaugurando la manía de caerme, sólo que en casa si me caigo me quedo pegada al piso, que jamás ha brillado de esa manera.

Me falta nombrar a Mónica porque aunque tarde es la única que siempre llega y había comenzado el día buscándonos en la Terminal, consiguiendo auto y haciéndose cargo de lo que implica una llegada al amanecer.

Entre los varones estaba Pablo Colombo, nuestro científico loco, que aplaudió el show de stand up con el entusiasmo de un adolescente o un enamorado. Sin duda lo valía, pero algunos del público murmuraron porque les pareció demasiado sacarse la camisa y revolearla como un barra brava.

Cierro la crónica con alguien silencioso e imprescindible. Un varón  a quien no se le nota la medicación antipsicótica que consumimos los demás, con una paciencia que contiene a todos los impresentables de esta revista. Leonardo Silveira, que un día tropezó, cayó adentro y ahora sin él no salimos: ¡Diagrama!

Me despido. Hoy es la víspera, víspera de las elecciones y los candidatos recorren las calles como gallinas locas. Creo que todos ya saben a quién NO vamos a votar, más allá de esto la Revista no hace campaña pero les rogamos que voten bien porque después nos jodemos todos. Por encima de todo les deseamos muchas felicidades y por las dudas un próspero año nuevo.

La Directora.

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– Cristina Beatriz Wargon –
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Alias: PONCHO.RAMA.GAS

La Directora.

varieté

«DEPURACIÓN DEL SEPARADO«

«THE DAILY MIRROR»

«EL CASAMIENTO DE CHICHITA«

«LA VIEJA VA A VOTAR«

«LA GUERRA DE LOS SEXOS»

«GYM URBANO + 50»

«ESTÁ RARO EL BARRIO«

«¿POR QUÉ NO ME LOS COMÍ?«

«LEAN, NO SEAN BESTIAS»