ABUELA FUERA DE FOCO

Por Lidia Poggio

Como madre de dos varones me quedaron  atragantadas las ganas de hacer trenzas, vestiditos de tul y jugar con muñecas. Milagrosamente en pandemia nació mi primera y única nieta. Aunque tengo 80 años y camino con bastón,  el cuello y la cabeza me funcionan bien, condición  que  -aunque  impide coger-  es suficiente para vivir,  jugar y disfrutar de un ser que tiene un cachito de mi ADN.  

Mi nuera parece salida de un catálogo, más buena que un gnomo montado en un conejo,  y aunque está separada de mi hijo me ha incluido en el círculo íntimo de mi nieta, afectiva y económicamente.  Ella invierte gran parte de su tiempo en leer acerca de pedagogía y nutrición infantil porque está decidida a tener una hija perfecta (innecesario pues será perfecta tan solo por llevar parte de mi ADN).

Una vez a la semana me visita con mi nieta y pasamos varias horas muy agradables. Esos días yo trato con esmero de respetar los usos y costumbres aceptados por la real academia de crianza. Aunque me esfuerzo, siempre queda en evidencia que todo lo que puse en práctica con mis hijos hoy en día se fue al carajo. El domingo pasado comenté que yo era gorda y mi nuera me miró alarmada y me explicó que ante los niños no hay que hacer referencia a rasgos físicos (Ok, me parece bien, ya veré cómo le explico por qué se me reventó el cierre del pantalón).

Un rato después en un arranque de amor, le di una palmadita en la cola a mi nieta, que me miró con compasión y me dijo: Lela, eso no se hace porque mi cuerpo es MIO. Glup!!!. Más tarde me pidió que la lleve a hacer pis… ya conozco la rutina, ella hace pis solita y yo controlo que se higienice. Después de orinar se iba a subir la bombachita y yo le digo: te tenés que secar la….  Cuchu….( paré en seco,  mi mamá le decía cuchufleta pero seguro que no es correcto) ¿las partes? (término usado por mis tías). Puse cara de superación y le dije a mi nuera “decile que se higienice…” y me dispuse a aprender qué nombre exótico es adecuado hoy en día. Secate bien los labios de la vagina… le dijo mi nuera con total seguridad. Me parece excelente… Yo aprendí esos términos ya siendo  adulta, para mi era “cuchufleta”, “las partes” , y en el caso de mis tías viudas “pocito envenenado”. A esa altura me sentía agobiada por mi evidente estupidez adquirida.  

Por la tarde comimos un alfajor y mi nieta me explicó que en la merienda era aceptable comer comida chatarra. Se acercaba la hora de la cena y escondí en una bolsa todas las cosas que había comprado como postre, cubanitos de dulce de leche y demás mierdas que yo consideraba agasajo. ¡Menos mal!  Mi nuera elaboró un menú con un balance preciso de fibra, hidratos de carbono y proteínas que mi nieta saboreó encantada.

Sentí una gran admiración por mi nuera, no sólo por su preparación sino por haber convencido a mi nieta de comer en forma equilibrada. En mi  niñez había algunas directivas tales como “¡no te comas todo el  dulce de leche que ya están listos los fideos!”, pero algo debe de haber fallado pues yo fui una nena obesa que merendaba dulce de leche con cuchara sopera. 

Sería muy arduo enumerar todas mis metidas de pata y todo lo que aprendí en unas horas. Tirarme un pedo en público fue, es y será motivo de vergüenza y angustia, pero mi nieta podrá hacerlo en medio de un encuentro sexual pues “es un gas proveniente de la combustión alimenticia”. Cuando pasamos a elegir alguna película para ver, me encontré con una lista de películas prohibidas, en especial me impresionó que mi nieta me explicara que el Rey León es un violento y que la princesa era muy sumisa y debería haberlo dejado y denunciado por abuso,  que Caperucita y el lobo es una película también violenta, que Blancanieves hace apología del machismo y Cenicienta  promueve la violación de  los derechos proletarios.

Luego me explicó mi nuera que los 7 enanos son innombrables pues promueven la pedofilia y la promiscuidad.

Pese a todo creo que aprobé con un 8 mi función de abuela. Estaba contenta pero a último momento la embarré. Era un día de mucho calor y humedad y yo, mientras las saludaba, tuve la mala idea de abrir la boca y decir: “qué calor, qué humedad, hoy estoy MUERTA…. Me di cuenta de la gravedad de mis palabras cuando vi los ojos de horror de mi nuera y la angustia de mi nieta.  Tuve que disculparme con mi nuera y aclararle a mi nieta que era una broma y que la abu todavía estaba viva.

Cuando se fueron decidí hacer borrón y cuenta nueva con todo lo que aprendí en mi niñez y en la escuela normal. Sin embargo, yo creo que algunas cosas mágicas han tenido repercusión positiva en mis hijos… Por ejemplo mi hijo mayor es un excelente bailador flamenco y estoy segura que mis palabras “este chico es imposible, tiene hormigas en el culo” lo deben haber motivado.  Y con respecto a mi hijo menor, que es un excelente músico y flautista,  yo estoy convencida de que mi definición de pene ha tenido una gran influencia… “el tuyo es un pitito que te va a dar muchas alegrías en la vida”.