RESUMEN DE ESTE NÚMERO:

*VARIETÉ / Nuestra caja de sorpresas, volvió Memocracia y otras pildoritas
*SI, QUIERO por Claudia Baier / El romanticismo al palo
*UNA BOLSA, UNA PERCHA Y UN RECUERDO por Viviana Sgavetti / ¡Suéltame pasado!
*¿ESTAMOS TODO LOCOS? por Pablo Colombo / Velada paqueta… y famélica
*A MOVER EL CULO por Gabriel Steinberg / Cambiando cervezas por mancuernas
*EL CASO DEL CONTADOR QUINTERNO? por Liz Marino / ¿El slip dorado es real… o no?
* PUTAS APPS por Lidia Poggio / Cuando la vida es un QR
*LEAN NO SEAN BESTIAS / Nuestro rincón literario, el video clip te lo debemos

EDITORIAL

Siempre nos preguntamos quién nos lee, además de nuestros amigos. Dudamos que nuestras madres, porque además de haber varios huérfanos en el equipo, personalmente -con la autoridad que me da ser las dos cosas, madre y huérfana-  desconfió de las madres (aunque siempre un poquito más de los hijos).  Además de lo que podemos deducir, tenemos datos concretos y algunos desconcertantes. Según nos informa Google (la forma más manifiesta de Dios que compartimos todos) hay días en que nos leen más en EEUU que en Argentina. El dato es así de escueto, no sabemos si son hombres o mujeres, jóvenes o viejos, peludos o pelados.

Las teorías sobre ellos en la redacción son múltiples y responden a la locura de cada uno.
Gabriel, nuestro peronista de cabecera y buena persona de raza (por ende ingenuo), cree que son argentinos nostálgicos los que nos siguen.
Leo que no es peronista pero a bueno no le gana nadie, duda de Google. ¡Ay Dios mio! Se comienza dudando de Google y se termina dudando de Dios.
Liz (nuestra rubia Loreal 08) cree que se trata de Brad Pitt que ha armado un club de admiradores (de ella) con sus amigos.
Mónica, un solo corazón optimista con Gabriel, piensa que nos lee un grupo de yanquis que quieren aprender el idioma para hacerse peronistas, venir a ver la Plaza y de paso ir a la Bombonera.
Lidia está tan aturdida con la modernidad que sólo dijo: Me importa un carajo.
Claudia, que tiene un corazón chorreante de romanticismo, está segura de que son sus enamorados, no aclara en qué lengua. El romanticismo no soporta demasiado análisis.
Pablo falta. Él es un científico, no está para este tipo de boludeo. No tenemos su opinión, sólo un crítico silencio.
Personalmente no me pregunto quiénes son, sólo sé que son unos guanacos porque nos disfrutan, hacen uso de nuestro trabajo hecho con delirio pero devoción, con un ponerse cada día por encima de la tragedia para intentar una sonrisa, y no son capaces de mandar una línea, hacernos  saber que del otro lado hay alguien. Y no quiero mencionar el temita de las contribuciones a la gorra porque me da la iracundia y pateo escritorios y muerdo a los colaboradores, con ganas de comprar un burro para que les patee el trasero. A los lectores, no a mis chicos.

Si quieren levantar tan penosa impresión pueden escribirnos a

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La Directora.