
¡GRATIS NO!
Por Gabriela Martinez
¿Qué es ser puta? Siendo el oficio más antiguo de la historia se define como aquella mujer que a cambio de favores sexuales obtiene un rédito económico.
¡Entonces Rosita no lo era ! Mi amiga lo hacía gratis.
Nunca jamás cobró un peso ni sacó provecho alguno por sus servicios. Repetía a modo de justificación : “ Es que venimos de abuelas fogosas, que le gustaba…eso…sí, eso…” ( ¡De abuelas putas!- dijo una amiga pacata que desconocía el significado de la palabra.)
Me gusta decir que Rosita era accesible, de pocas convicciones terminaba envuelta en cualquier lengua y sábana que se le presentara .
Linda aunque más llamativa no le faltaban los hombres .Los había de diferentes estratos sociales, edades y estado Civil.
Cual hospital público que trabaja a cama caliente, ella hacía lo propio pero por incrédula, diría yo, porque terminaba creyendo las promesas de amor eterno que le hacían antes y durante el acto amatorio. Nunca hubo un después puesto que los tipos se esfumaban de la vida de Rosita quedando ella sin respuestas o infiriendo situaciones imposibles e inexistentes.
Estos vínculos sin compromiso afectivo la llevaban a recaídas constantes donde los tipos reaparecían con la excusa de dar explicaciones y ella acudía sin dudar pese a mis consejos que fueron siempre en vano .Resultado : volvía desplumada, con la hornalla a la miseria y sin respuestas diciendo: “ ya está amiga, ya aprendí”
Al ser insistente en su método de aprendizaje y con evidentes dificultades cognitivas, yo me limitaba a preguntarle por qué respondía los llamados y Rosita con cara de abogado defensor esgrimía múltiples respuestas según el chongo en cuestión:
“Es que el quería explicarme por décima vez porque desapareció , amiga“
“Yo acepté juntarnos porque la última vez lo noté medio amarillento y me quedé preocupada porque el nació con dos páncreas, amiga”
“ Amiga, él fue abducido en el Uritorco por una nave nodriza y lo tuvieron dos años como chef de la delegación alienígena, ví las fotos”
Cierta noche me contó que había aceptado una vez más acudir a una cita para aclarar malos entendidos en el departamento de un tipo.
Rato después me llamó para que le hiciera el favor de buscarla y así lo hice.
Despeinada por tremenda zamarreada que le dieron, la pintura corrida ,el corpiño a modo de gafas de aviador del 1900 , los zapatos en la mano me esperaba en una esquina.
Fueron varias cuadras en silencio hasta que le pregunté por educación: “ ¿ Y? ¿Qué explicación te dió,amiga?
Suspiró y respondió:” No me dió tiempo a hablar, me cogió nomás…”
“Tenés que Constelar para sanar el problemita de tus abuelas” – agregué yo .
Encendimos un cigarrillo y fuimos mudas todo el trayecto hasta su casa, antes de bajarse me pidió con el tono de alguien abatida y resignada: Amiga, sacame un turno para esas Constelaciones de las que me dijiste…
Cumplí su pedido de ayuda agendando un turno con el mismo fervor que confía un devoto en la Difunta .El gran día llegó y pasé a buscarla según lo convenido . Bajó en el consultorio.Yo decidí esperarla en el auto.
Pasada la hora salió cabizbaja y subió nuevamente al auto.
¿Yyyyyyyyy? – pregunté yo ansiosa-¿¡¡ Dijo algo de tus abuelas fogosas!!!??
No tuvo tiempo amiga, me lo cogí…